Luis Cabrera Lendof

Prof. Luis Cabrera Lendof

La pedofilia y la parafilia, relación entre niñas y adultos, siempre han servido de canon inspirador al arte: la literatura, la música, el canto, la poesía, el cuento, el baile y otros. Pero no se quedan en la ficción, en la fantasía, con frecuencia traspasan la realidad, despertando un sin número de conjeturas, abriendo más de una rendija al debate.

Para el profesor Luis Cabrera Lendof, con maestría en literatura inglesa e investigador del tema, la discusión de si se debe aprobar o no la relación entre adultos y niñas es muy antigua y está científicamente probado que más del 92 por ciento de los casos involucra mayormente a hombres.

Cabrera Lendof, al participar como panelista en el programa ¨24 horas de Filosofía en honor al maestro Luis Federico Cruz Paulino¨, que realiza la Escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), sostiene que el debate al respecto ha llegado tan lejos que algunos sectores consideran que debe ser un derecho, siempre y cuando sea una relación consensuada, no obligatoria.

Este tema, indica, ha encontrado su mayor despertar en el arte, especialmente en la literatura. Hay importantes referentes de la literatura universal que la trama gira alrededor de la pedofilia. Está el caso, por citar uno, de la famosa novela ¨Lolita¨, de Vladimir Nabokov, que trata sobre un profesor universitario que se muda a los Estados Unidos y alquila una habitación a una señora que tiene una hija de 12 años de la que se enamora perdidamente. ¨Como sucede con la mayoría de los pedófilos, al fallecer la madre de la pequeña, Humbert Humert intenta convencer a quienes lo rodean de que sus intenciones son buenas, pero como pasa en la vida real, la situación se complica y la historia termina en tragedia¨.

Se complica, añade Cabrera Lendof, porque Humbert Humert, nombre del personaje de la novela, es un pedófilo que sufre de hebefilia, término dado al deseo sexual de un adulto hacia adolescentes en desarrollo y, por lo general, las personas que experimentan esta atracción se interesan en jóvenes entre 12 y 14 años, pero puede variar, ya que no todos los niños o niñas se desarrollan al mismo ritmo. 

Piensa que Humbert, al igual que todos los que tienen esta inclinacion, intenta validar con ideas, argumentos y alto nivel de convencimiento su comportamiento y aunque admite ser malvado, también busca similitudes en la literatura y la historia donde la pedofilia esté presente y no se condene, como es el caso del escritor Edgar Allan Poe y su matrimonio con su prima, menor de edad.

¨Bueno, pero este conversatorio no sería bien llevado si no nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Qué buscaba Nabokov con «Lolita»? ¿Realmente intentaba justificar al pedófilo? En las entrevistas que dio, siempre afirmó que su objetivo era dar a conocer el perfil del pedófilo para que los padres estuvieran alertas, además de cumplir con su labor artística, la novela se basó en un caso real en el que un mecánico secuestró a una niña y viajó con ella por varias ciudades de Estados Unidos durante dos años hasta que se descubrió que no era su padre, sino un delincuente sexual¨.

Siguiendo las explicaciones de Nabokov, ¨deberíamos cuestionarnos de si prohibir novelas, canciones, poemas, cuentos, películas u otras creaciones artísticas que impliquen abuso sexual por parte de un adulto hacia un menor es correcto. Personalmente creo que no, pues aunque muchas de estas obras puedan resultarnos grotescas, hay que entender que el arte no está sujeto a ninguna otra área. Me explico mejor, ustedes podrían pensar: ¿Acaso en la Pinacoteca Vaticana o en esas iglesias no hay desnudos? Sí, hay desnudos, pero se cubren ciertas partes del cuerpo, no obstante, sugieren demasiado y se encuentran en grandes catedrales. Esto implica que su valor artístico está por encima de otros asuntos, porque tal y como afirma el crítico británico Clive Bell, en su ensayo ¨Arte, de 1914, el arte no está subordinado a la religión, la moral, la política, ni a nadie; el arte es arte¨.  

En seguidas, aclara que no está de acuerdo con las aberraciones, los abusos y los comportamientos enfermizos, sólo que entiende que los artistas, como pasa comúnmente, no deben ser coartados por una moral injustificada, por acciones y medidas arbitrarias que imponen la censura por la censura.

En otras manifestaciones artísticas

Así como en la literatura, existen canciones que cuentan historias parecidas a la de Lolita, con ciertos rasgos de pedofilia en lugar de pederastia, si es que se puede utilizar el término. No todas las canciones presentan estos elementos, pero en algunas se encuentran uno o dos rasgos. Aparecen en todos los géneros musicales: merengue, bachata, balada, salsa, bolero y en otros de manera muy obvia, como es la música urbana, donde la pedofilia y el sexo desenfrenado están normalizados. 

A continuación, una lista de canciones en las que figuran las palabras «niña» o «muchachita» con connotaciones sexuales:

«Celos de Mi Guitarra», de José Luis Perales. 

«Yo sé que tienes celos

De mi guitarra

Yo sé que lloran tus ojos

Cuando me ves abrazarla así

Yo sé que tienes niña

Herida el alma«

«Pequeña Amante»: «16 años, ¿no debí volverme loco para meterme en una relación así contigo?»

«Nido de Amor», del Gran Combo: El personaje le pide a la niña que no vaya a la escuela porque va a llover y no aprenderá nada; en cambio, sugiere que los besos que le dará no se aprenden en la escuela.

«Se Acaba Mi Vida», de Vicente Pacheco: «Tus padres creen que tú eres una niña de 13 años, tú tienes muy buen tamaño para empezar a querer.»

«Lo Mejor de Tu Vida», de Julio Iglesias: «Cuando tus labios de niña mis labios los estrenaban.»

«Colegiada», de Alex Bueno: «Con sus libros caminando, tu carita de coqueta, colegiala de mi amor.»

«Te Enseñé», de Ramón Orlando: «Las mil maneras para hacer el amor, tú no puedes liberarte, tú no puedes escaparte, tu maestro he sido yo.»

«Esta Es Mi Niña», del Gran Combo: «Que trabaja lo mismo».

«Canción del Corazón», de Raulín Rodríguez: «Empezarían eso para cantársela a mi niña porque ella es toda mi ilusión».

«La Niña Adolescente»,  de Luís Vargas: «La niña adolescente que no sabe nada de la vida, que todo el que la mira la desea y ella le devuelve una sonrisa.»

¨Nina coqueta, de Luís Miguel del Amargue: Hace alusión a una pequeña coqueta, que todavía le falta madurar. 

«Muchachita Mía», de Fernando Villalona: «Ya empezaste otra vez faltando al colegio por venirme a ver.»

«El Hombre de Tu Vida», de Joe Veras: «El hombre que soñabas tener desde que tú eras niña, y a quien has sabido esperar.»

«Que Se Mueran de Envidia», de Joe Veras.

«Cada Vez Me Enamoro Más» (artista desconocido).

«Quiero Ser», de Raulín Rodríguez.

«Yo Fui Quien Acabó con Tu Inocencia», de Juan Manuel: «De niña te llevé a ser mujer.»

«Mi Niña» (artista desconocido): «Que hermoso es amar y ser amado de verdad, yo te ando buscando.»

«Eres Demasiado Niña», de Eddy Herrera: «Que la conoció en un colegio, y con su mirada tan tierna le dijo amarte es lo que quiero’.»

«Mi Niña» (artista desconocido): «Siempre le pido al Señor».

«Adolescente», de Frank Reyes.

«Niña Coqueta» (artista desconocido).

Empero, el profesor Cabrea Lendof argumenta que aunque esas canciones que incluyen las palabras «niña» o «muchachita» tienen connotaciones sexuales o sugieren relaciones inapropiadas, hay otras, como «Yo Bailo con Mi Muchachita Linda», de Juan Luis Guerra, que no resultan ofensivas. La del maestro Juan Luís Guerra está cargada de ambigüedad, de belleza poética. Es una metáfora subliminal, un juego de palabras, por lo que es esencial analizar cada canción por separado, teniendo en cuenta las intenciones y las riquezas del autor, así como el contexto histórico, político, cultural, social, educativo y jurídico, porque lo que en algunos países es visto como inmoral en otros no¨.

Conceptos y Leyes 

Otro punto a tener en cuenta, es la diferencia conceptual, ya que los conceptos guían a las personas mínimamente racionales. Hay que diferenciar la pedofilia de la pederastia. La primera, es un aspecto sentimental y erótico, pero no de acción. Es la parte médica, psiquiátrica y psicológica, se define como un trastorno caracterizado por la presencia de fantasías, impulsos y comportamientos sexualmente excitantes y recurrentes hacia niños. En tanto, la pederastia se refiere a tener relaciones con un menor de edad y aborda lo jurídico, el derecho, por lo que se considera pederasta a quien sí tiene sexo con un menor de 13 años y cuyo rango de edad sea de más de cinco años. De lo contrario, se juzga como estupro u otro tipo penal, dependiendo de las circunstancias.

También, hay que observar que una cosa es la minoría de edad en cuanto a capacidad jurídica, que implica el goce y la capacidad de obrar o de ejercer, y otra es la mayoría de edad para el consentimiento sexual, que en algunos países es diferente. Por ejemplo, en España, aunque se es adulto a los 18 años, la mayoría de edad para el consentimiento sexual es a los 16. En Irán, se considera una persona adulta a los 13 años, mientras que en América Latina hay diferentes edades que no coinciden necesariamente con la mayoría de edad. En varios estados de los Estados Unidos aún persisten reglas para la emancipación a los 16 años, y con ciertas condiciones, con la autorización de un juez se permite casarse a una edad muy temprana. Aquí, en nuestro país, la mayoría de edad se alcanza a los 18 años.

¨Ahora bien, más allá de las leyes, los conceptos, las definiciones, las intenciones y los propósitos de un autor al crear o plasmar una obra, lo importante es reconocer que nuestros niños necesitan cuidado, protección y atención, porque son vulnerables en todos los aspectos, están permanentemente en riesgo de ser dañados, vejados, maltratados y ahí sí que la ficción no debe superar a la realidad. Ahí sí que la fantasía se debe quedar sólo en las páginas de los libros, en las estrofas de las canciones, en los versos de la poesía, en la imaginación de los cuentos¨, concluye el profesor Cabrera Lendof.