Prof. José Vásquez Romero.

El deceso del eximio educador de generaciones, Luis F. Cruz, ha provocado un inevitable estremecimiento en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, así como en varias instituciones en las que prestó sus conocimientos. También ha dejado un vacío en distintos círculos sociales en los que destacó por su indeclinable vocación de servicio.

Si solo muere quien se olvida, el Maestro Cruz ya tiene asegurada la immortalidad. Porque su legado es un testimonio inmarcesible de una existencia fecunda y prolífica, en favor de las mejores causas.

En cada espacio en que le correspondió actuar, nuestro maestro dejó su impronta y una simiente, que mantiene latente y manifiesta la productividad de una cosecha inagotable.
Para él, el conocimiento, unido a una visión filantrópica y de solidaridad, representó uno de los principales recursos de transformación de la realidad social.

El nombre de Luis Federico Cruz, evoca conocimiento, sabiduría, compromiso, solidaridad, integridad, honestidad, lealtad y una reciedumbre moral comparable solo a los de la estirpe de Eugenio María de Hostos.

La generación de los 80’s es testigo y depositaria de la sapiencia y la disciplina que rigieron la vida académica del Maestro. Por tanto, albergo serias dudas de que, Eulogio Silverio, Juan De La Cruz, Joseph Mendoza y quien suscribe, entre otros, podamos olvidar el sacerdocio magisterial ejercido por Luis F. Cruz, mientras se desempeñó en las clases de Filosofía, Psicología y Economía, en el bachillerato de Filosofía y letras del Liceo Capotillo.

La pasión, la devoción, el entusiasmo y el sentido de compromiso, hacen de él un referente modélico imposible de olvidar. Además, por haberme distinguido con su excepcional amistad y su solidaridad, vivirá por siempre en nuestros recuerdos.

!Hasta siempre, Maestro!

Prof.
José Vásquez Romero

Santo Domingo, 16 de diciembre, 2023.