Como se anunció, el tema que voy a abordar es el uso de estrategias de descortesía verbal en el discurso político, específicamente durante las elecciones de 2020. Sin embargo, estas estrategias no son nuevas ni exclusivas de ese grupo de políticos; se han utilizado antes y continúan usándose en la actualidad. Es decir, son estrategias que se emplean constantemente. Ustedes saben que el lenguaje, como facultad que hace posible la comunicación, es una capacidad humana que, según las investigaciones lingüísticas, nos permite aprender y hablar distintas lenguas. 

En otras palabras, el lenguaje nos permite comunicarnos.

Gracias al lenguaje, nos constituimos y nos formamos como personas, ya que el lenguaje nos ayuda a organizar nuestro pensamiento y luego a transmitirlo. Por lo tanto, es fundamental para poder interpretar y producir actos comunicativos. Estos actos comunicativos, regularmente, hacen posible que establezcamos y mantengamos relaciones interpersonales adecuadas.

Cuando hablamos, lo hacemos con un propósito comunicativo; quien habla generalmente lo hace porque quiere lograr algo con ello. Mientras hablamos, vamos reflejando una imagen de nosotros mismos, dejamos ver a los demás quiénes somos, cómo pensamos y lo que queremos en la vida. 

Esta imagen es reconocida, o al menos esperamos que nuestros interlocutores la reconozcan y la respeten. De esta forma, cuando hablo a alguien o interactúo con alguien, espero que esa persona reconozca cuál es mi proceder.