Emmanuel Kant ha dicho que en el mundo todas las cosas o tienen dignidad o tienen precio.
Las que se pueden cambiar por otras son las que tienen precio. Aquellas que no admiten ningún valor equivalente son las que tienen dignidad.
Según esta expresión la dignidad vendría a ser aquello que no estaríamos dispuestos a cambiar por ninguna otra cosa bajo ninguna circunstancia.
Esta afirmación de Kant, aunque pretende definir el concepto dignidad, en realidad no define nada, porque arroja sobre nosotros la responsabilidad de encontrar aquello que no estaríamos dispuestos a cambiar por nada, en ninguna circunstancia.
Es bueno decir que todos los conceptos terminados en «ad», como dignidad, solidaridad, fraternidad, libertad, son conceptos abstractos, de ahí la dificultad para darle un fundamento racional, material y objetivo. Por esta razón, los conceptos supraindicados, siempre estaran matizados por el marco ideológico del sujeto que realiza la definición.
Dicho esto, paso a decir que Kant deja sobre los hombros de cada uno de nosotros determinar cuales son las cosas de nuestras vidas que no estaríamos dispuestos a cambiar por otras. Lo cual implica un grave problema, pues siguiendo la lógica de este razonamiento, pocas cosas podrían tener dignidad.
Si tengo que elegir entre salvar la vida de mi hija o la vida de mi madre, descubriré ´prontamente que una de ellas no tiene dignidad. Lo cual entra en contradicción con la afirmación de Kant de que en el reino de los fines, el ser humano es un fin en sí mismo y que por tanto debe ser tratado como tal, nunca como un medio.
Si salvo la vida de mi madre, sacrificando la de mi hija, la habré usado como medio y no como un fin en sí mismo.
Viendo las grandes dificultades que tiene la definición del concepto dignidad, sin recurrir a una entidad ideológica-metafísica que le supla un fundamento, me he aventurado a formular mi propia definición, que de entrada reconozco que resulta ser todo lo contrario al sentido tradicional del concepto, por lo vago y polisémico que resulta dicha definición.
“La dignidad consiste en poder mantener los valores que para cada sujeto resultan deseables.”
