Francisco Acosta

Prof: Francisco Acosta

Américo Lugo, al elaborar su tesis doctoral titulada «El Estado Dominicano ante el Derecho Público», la cual fue presentada en la entonces Universidad de Santo Domingo, hoy Autónoma, recoge e hilvana el entramado teórico asumido por distintos pensadores de la época, sobre las cuales se sustentó ideológicamente la generación de intelectuales posterior a la restauración y que aún hoy mantiene vigencia. El pensamiento de Lugo, en efecto, junto al de Emiliano Tejera, José Ramón López, Francisco Henríquez y Carvajal y Federico García Godoy, entre otros, estructura la base ideológica que permitirá el surgimiento de una élite gobernante de carácter despótico, íntimamente relacionada a la clase dominante de la época. Para la configuración de este pensamiento, fue necesario, sin lugar a dudas, que se articulen alrededor de una interpretación global de corte filosófico de nuestra historia, las distintas tesis que hasta entonces se habían planteado sobre la sociedad dominicana. Así pues, es Américo Lugo en su tesis doctoral quien realiza esta interpretación filosófica de nuestra historia, donde trata de encontrar y explicar las causas en torno a las cuales ha girado el desarrollo de la sociedad dominicana. Es de esta forma que se establece la singularidad de nuestros acontecimientos, considerando el carácter del dominicano como único en su género, producto de las vicisitudes históricas, las inclemencias de la naturaleza y nuestra integración étnico racial.

En «El Estado Dominicano ante el Derecho Público», Lugo plantea que no existe la nación dominicana y que, por tanto, no se puede hablar de un estado dominicano, conclusión a la cual llega Don Américo Lugo, argumentando un fatalismo determinista, ya presente en José Ramón López y Francisco Henríquez y Carvajal. De esta manera, nos dice: «De la lección atenta de la historia se deduce que el pueblo dominicano no constituye una nación. Es ciertamente una comunidad espiritual, unida por la lengua, las costumbres y otros lazos; pero su falta de cultura no le permite el desenvolvimiento político necesario a todo pueblo para convertirse en nación». (¹) A su visión fatalista de carácter determinista, le agrega Lugo un enfoque racista, que lo conduce a una percepción de la sociedad dominicana, en donde sus miembros son portadores de limitaciones intelectivas que les permitan alcanzar su desarrollo económico y político. En tal sentido, afirma que «por la posesión de un territorio demasiado fértil, bajo un clima tórrido, la deficiencia de la alimentación, la mezcla excesiva de sangre africana, el individualismo anárquico y la falta de cultura, el pueblo dominicano tiene muy poca aptitud política» (2). Asimismo, habla de que «los negros contribuyeron a la relajación de las costumbres públicas» (3) y que «los descubridores, pueblo mezclado, menos arios que semita, aunque incomparablemente superior a la raza conquistada, no eran los más perfectos representantes del elevado espíritu público de Europa» (4).

Lugo rescata del historicismo el papel preponderante de los individuos en la historia, proponiendo que el hombre de Estado debe dirigir sus esfuerzos a aumentar la aptitud política de nuestro pueblo, causada por el determinismo geográfico y el fatalismo histórico. Por tal razón, en el pensamiento de Américo Lugo prima el criterio de la necesidad del tutelaje político para que el pueblo pueda desarrollarse. Así, nos dice: «Las leyes deben tener un carácter tutelar. Puesto que el pueblo es incapaz de gobernarse… la minoría ilustrada… debe constituirse en partido político… con el propósito de educarlas» (5).

Aún cuando hay en Lugo una teoría de las clases sociales, entiende que estas no juegan un papel importante en la historia, en tanto están sujetas a condiciones biológicas, climáticas, raza, etc., que les son adversas y que no les permiten desarrollarse. Reconoce dos clases sociales: «la clase elevada» y «la clase inferior», la primera carece de freno y la segunda de seguridad. El enfoque filosófico historicista y vitalista del pensamiento de Américo Lugo lo conduce hacia una postura determinista de la conformación de la sociedad dominicana y a una interpretación de la historia dominicana orientada hacia el pensamiento. En tal sentido, plantea que «La singularidad de nuestro pueblo como producto de la interacción biológica y geográfica lo hace ver de manera pesimista el desarrollo de la sociedad». Precisa que «El clima es cálido y húmedo. A las lluvias suceden las sequías, y frecuentes huracanes y ciclones destruyen las cosechas. El sol tropical es potente generador de pereza. Bajo sus terribles dardos, el hombre se acoge instintivamente a la sombra de los árboles. A causa del clima, el estadista dominicano debe estimular el trabajo e inclinarse al proteccionismo» (6).

Este intento por explicar las leyes más generales que mueven nuestra historia a través de las leyes de la naturaleza no es fortuito, ni al azar y mucho menos desinteresado; sino más bien, hay que verlo encaminado a crear la fundamentación ideológica y política de una élite gobernante integrada por intelectuales ilustres. Es importante puntualizar que, en la sociedad dominicana, aún tiene una gran incidencia la interpretación filosófica de la historia de Don Américo Lugo. Así, se cree en la existencia de una «clase inferior que viene asaltando el poder a toda hora» (7) y se habla de que los partidos políticos no deben tener aquí por objeto el gobernar, sino «preparar al dominicano para el ejercicio, por ahora imposible, del gobierno republicano, democrático y representativo».

De hecho, los ideólogos y pensadores de nuestra clase dominante no han trascendido el pensamiento de «la generación del pesimismo ilustrado», a la cual pertenece Don Américo Lugo, situación esta que la sumerge en el marasmo secular del atraso y la dependencia económica y cultural, dificultando su consolidación como burguesía nacional.

Notas:

  1. Alfau Durán Vetilio (1916). Américo Lugo, Antología, Santo Domingo. UASD. «El Estado Dominicano ante el Derecho Público» tesis sustentada por Américo Lugo en la Universidad de Santo Domingo para el Doctorado en Derecho. Publicada en folleto. S.D. 1916, P. 11. Op. cit. P (40)
  2. Op. cit. P (41)
  3. Op. cit. P (32)
  4. Op. cit. P (41)
  5. Op. cit. P (41)
  6. Op. cit. P (32-32)
  7. Op. cit. P (42)

Bibliografía:

  1. Alfau Durán Vetilio. «Américo Lugo, Antología. Literatura Dominicana», Ciudad Trujillo.
  2. Avelino, Francisco Antonio. «El Despotismo Ilustrado en el Pensamiento de Américo Lugo», Revista Ahora, Santo Domingo.
  3. Avelino, Francisco Antonio. «Las Ideas Políticas en Santo».
  4. Jaime Julia, Julio. «Antología de Américo Lugo» Santo Domingo. Taller. 1976 (Tres Tomos)

*Américo Lugo «Nació en esta ciudad, en la llamada Calle del Conde Peñalva, en la casa marcada con el Número 75, el 4 de abril del año 1870, hijo legítimo de Don Tomás Joaquín Lugo (18361921) y Doña Cecilia Herrera y Veras (1841-1924). Es primer nieto de Don Nicolás – Lugo (1807-1845), nacido en Maracaibo, Venezuela, a donde se establecieron sus padres, cuando de nuestra patria emigró la flor de las familias dominicanas por causa del maldecido tratado de Basilia, y quien no solamente figura en nuestros anales como maestro de varios próceres distinguidos, sino que fue unos de los firmantes del manifiestos de la independencia y de los legionarios de la Baluarte de la Noche redentora del 27 de febrero de 1844, y de Doña Juana María alfonseca, segundo nieto de Don José Joaquín Lugo rico propietario, dueño de tierras y de esclavos en los días de la colonia.             (Vetilio Alfao Duran: Américo Lugo Antología).
**Director de la Escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Sociólogo y profesor de la Escuela de Filosofía con estudios de doctorado en filosofía.